Respirar bien y controlar pensamientos mejora estrés

📷Ana Mirtha Vargas

SANTO DOMINGO.- La respiración es la base para asumir cualquier postura relajada ante la vida.  Para ver un poco más de lo que pueden percibir los demás, y para estar atentos a lo que puede pasar. Respirar inspirando por la nariz y echando el aire por la boca, y fijarse en este proceso. Hay que respirar con el estómago, no con los pulmones, es decir, cuando respires tienes que fijarte en que lo que se mueve es el vientre y no el pecho.

Lo mejor es que estés tumbado (a) boca arriba o lo más cómodo (a) que puedas, en un sitio tranquilo y luego, simplemente empiezas a respirar concentrándote en esa respiración, sólo en la respiración. Empieza con cinco minutos al día.

Al mismo tiempo que aprendes a respirar, evita los pensamientos distorsionados que causan estrés, a continuación una lista de los más perturbadores:

1- Filtraje:  Se observan todos los detalles negativos de la situación, se magnifican al mismo tiempo en que no se perciben todos los aspectos positivos de la misma.

2- Pensamiento Polarizado:  En este tipo de pensamientos no se aceptan términos medios.  Todo se percibe como un sí o no, siempre llegando a los extremos.

3- Sobregeneralización:  Se llega a una conclusión general de un pequeño incidente o parte de la evidencia.  Si sucede una situación desagradable en un momento se esperará que ocurra una y otra vez.

4- Interpretación del Pensamiento:  Sin mediar palabra, la persona sabe qué sienten los demás y por qué se comportan de la forma en que lo hacen.  En concreto, es capaz de adivinar que sienten los demás respecto a ella.

5- Visión catastrófica:  Se espera el desastre.  La persona se entera de una situación y  comienza a hacer conjeturas acerca de la peor de las consecuencias.

6- Personalización:  Relacionas algo del ambiente siempre contigo. Te habitúas a compararte de manera continua con los demás.  Se mantiene una comparación continua usualmente tomando una posición en detrimento de la propia valía.  El error básico consiste en que si en la comparación resulta vencedor, se sentirá aliviado.  7.    Falacias de control:  Se siente externamente controlado y percibiéndose una víctima del destino.  La falacia de control interno convierte a la persona en responsable del sufrimiento o de la felicidad de aquellos que le rodean.

8- Falacia de Justicia:  La persona se resiente porque cree que sabe cual es la justicia más los demás no están de acuerdo con ella.  Frecuentemente se expresa con frases condicionales., por ejemplo si estuviera enamorado de mí, me hablaría de una manera más suave.

9- Razonamiento Emocional: En este tipo de pensamiento todo lo que se siente como verdadero es verdadero porque así lo sientes.  

10- Falacia de Cambio:  La única persona que uno puede controlar realmente o cambiar es a uno mismo.  En la falacia de cambio la persona supone que puede cambiar a otros  presionándola para que lo haga. La situación se agrava cuando formulamos estrategias para cambiar a otros a través de exigencias y manipulaciones que terminan haciendo que la otra persona se sienta atacada o cohibida y más bien se revele.

11- Etiquetas Globales:   Este es uno de los pensamientos distorsionados más frecuentes pues tendemos a etiquetar y emitir juicios de manera ligera.  

12- Culpabilidad:  La persona mantienen que los otros son los culpables del propio sufrimiento.  Frecuentemente esto implica que los otros sean responsables de responsabilidades que son propias.

13- Los debería:  En este tipo de pensamiento la persona tiende a tener unas normas rígidas sobre cómo debería actuar ella como los demás.  

14- Tener Razón:  En este tipo de pensamiento distorsionado se asume una posición de tener razón siempre lo que produce que la persona esté asumiendo una posición de probar que tiene la razón y que es infalible.

15- La Falacia de la Recompensa Divina: cuando comienzas a hacer cosas esperando que “Dios” te va a recompensar de una manera.  Espera cobrar algún día todo el sacrificio y abnegación y se resiente cuando la esperada retribución no llega.

No olvides vigilar cada uno de tus pensamientos, pues un adecuado manejo del estrés incrementa nuestra calidad de vida.

Publicado originalmente en el Listín Diario, 19 agosto 2007

Revisado Julio 7, 2019 para el blog personal de la autora.